Con alma de perro



Amo a los perros y a los gatos. Y a los pajaritos también, pero nunca se me ocurrió tener uno, (lo de la jaula no es lo mío).
En cambio, siempre tuve perros y gatos conviviendo conmigo ya sea en  casotas o casitas, porque  jamás me importó eso de "no hay lugar para un pichicho". Donde entre yo, pueden estar mis perros y mi gato.  A ambos nos basta saber que el otro esta ahí.

 
Hace casi diez años decidimos tener a Valentín, un fox terrier inteligente y hasta diría sin exagerar, sabio. El tipo ya aprendió bien eso del lenguaje de las miradas. Fue, como todo terrier, un cachorro terco, pero ahora en su "maduritud -palabrita de moda!!- decidió por cuenta propia, convertirse en un respetuoso de las reglas, pero con algunas concesiones. Por ejemplo, ladrar como un energúmeno cuando tocan el timbre, seguir ladrando desesperado cuando llega Daniel, su paseador, querer comerse al plomero.... Y así otros detalles.

El año pasado decidí que era momento de agrandar la flia: quería otro fox terrier, una cachorrita. Que sé yo, me imagine la foto perfecta. Necesitaba inyectarle a mi vida esa alegría, ese clima de fiesta que te dan los cachorritos. Y ahí salio mi media naranja a buscar una Josefina para mi (ya tenía hasta el nombre pensado).
Juro que jamás vi una cachorra tan bella como mi Jose, perfecta, dulce, un bombón. Pero como pasa con los hijos de la vejez,  mi marido y yo ya me habíamos olvidado lo que es un cachorro y de fox terrier.  Y ese bombón a los seis meses ya nos había dominado a todos (Valentín inclusive!!) 

Al contrario de Valentín, ella decidió hacer oídos sordos al lenguaje de las miradas, si es que cabe la figura. Es más, cuando la reto (miles de veces por días!!),  juro que se da vuelta. Quienes tenemos perros, sabemos que estos bichos son capaces de esto y mucho más. Pero ya  encontramos una solución para casos de emergencia. La cosa es así: para desgracia de mi hermana que hace ropa para perros, solo hay una forma de dominarla y es justamente poniéndole ropa. Le pones cualquier remerita de perro y queda “neutralizada”. Sí, como los héroes de los comic ella también tiene su talón de Aquiles, la moda. A Jose la ropa la paraliza, podría decirse que es una “fashion victim”, en un sentido más amplio de la acepción. 

Y finalmente, tengo a mi divino gato Indio. También, bello…Pero a diferencia de Vale y Jose, este bicho es tímido. Sus movimientos son lentos, suaves, estéticos por naturaleza felina. ¡Son tan discretos los gatos! Tan ordenados. Incapaces de molestar. Solo se hace escuchar para mimo o  comida.
La llegada de Jose, hizo que el pobre quedara huérfano de juguetes porque la petiza se los destrozo de a uno. Pero así y todo los dos se aman, duermen siestas juntos apretaditos en el sillon,  a pesar que cada tanto tengo que sacárselo de la boca. 

Si hago la cuenta, desde que nací siempre tuve perros: Pamela, Lucas, Daisy, Calú, Camila, Vale, Jose, y tres gatos. En mi vida había dos listas, una en la que tenia escrito “llevar a Nico (mi hijo) al médico”  o “comprar Nopucid” o simplemente tirarme al piso para jugar con su colección de dinosaurios. Pero también había  otra lista que decia: “vacunar  a Calú” “comprar antipulgas” o, también, simplemente tirarme al piso para jugar con ellos. 

A pesar de las similitudes, espero en el apuro no haberle dado a Nico un plato de Dogui en el almuerzo. Pero de lo que sí estoy segura es que los  pichichos compartieron gustosos las galletitas mojadas con leche que mi hijo les daba.  El  también me salió con alma de perro!!


 





2 comentarios:

  1. Vero que lindos son! Hoy pude verlos a todos!
    Indudablemente ellos son parte de la familia.
    Besotes!

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